sábado, 2 de abril de 2011

Peroqueismo vs. voluntad

El tema de las metas es bien importante para el propósito de nuestras vidas y la dirección que le queramos dar, pues éstas son las acciones que le dan forma a la realización tanto de la misión personal, como de la visión.

Personalmente creo que las cosas son más simples de lo complicadas que parecen, y lo digo, porque cuando queremos plantearnos un proyecto de vida, usualmente lo primero que vemos para empezar a ejecutarlo son los peros y lo que no tenemos, lo que nos hace falta para empezar. Sin importar el tiempo que hayamos vivido postergando o soñando con algo que puede ser tan real y tangible como realizarnos en lo que queremos, cualquier momento es bueno para plantearse metas. Imaginémonos que tuviéramos sólo un día más o un mes para vivir, que haríamos? Probablemente escojamos hacer aquello que más nos gusta y deseamos, luego planearíamos el orden de acciones que deberíamos ejecutar para lograrlo. Se que puede ser un ejemplo muy somero, pero de este modo puedo ejemplificar como lo dice Covey en el segundo hábito, el hecho de concientizarnos cuantas acciones en el día tenemos con un fin en mente, como hacer ejercicio, trabajar, reunirnos, etc. Vivimos una vida de detalles que si le prestamos atención, podremos ver con más claridad hacia dónde se está encaminando el accionar.

Pues bien, de esta manera funciona el trazarse metas, éstas se nutren cada día de las rutinas y decisiones concretas, de la actitud que estamos asumiendo ante la vida. Yo soy de las que cree pese a cualquier circunstancia externa a las decisiones personales, aún así el ser humano tiene múltiples posibilidades de gestión personal, lo que pasa es que a causa –principalmente- de nuestras ataduras emocionales nos ofuscamos y dejamos de ver la salida.
El ‘pero-queismo’ (nominación que le doy a la manía de usar el pero), frecuentemente vinculado al queji-ismo, de fácilismo acceso y adapatación, muchas veces nos va marcando la pauta, los límites de nuestras decisiones y acciones. Para mí esto se traduce en miedo a vivir. Para enfrentar este hecho no necesitamos nada más que la voluntad y el convencimiento de querer vivirlo, lo demás vendrá por añadidura. Contemos y valoremos todo lo que tenemos en nosotros y nuestro alrededor, busquemos, que sólo buscando se encuentra. No importa cuántas metodologías escuchemos para incentivar nuestro accionar, porque la verdadera motivación de encontrar el camino y hacer las cosas bien cada día con una finalidad, está en nuestra propia esencia.

“La clave para cambiar es mantener una idea constante de lo que uno es, de lo que persigue y de lo que valora” Steven Covey

DMGR

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