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domingo, 10 de marzo de 2013

¿CÓMO FOMENTAR LOS VALORES ADECUADOS EN LOS JÓVENES?

Todas las personas, de manera más o menos conscientes disponemos de una amplia variedad de cosas que consideramos valiosas y por las que estamos dispuestos a esforzarnos por conseguir o mantener.

Estas cosas ya sean bienes, maneras de ser y actuar, actitudes, aptitudes, ideas, relaciones, entre otras, son las que llamamos valores. Y son muy importantes porque son los indicadores que van rigiendo nuestra conducta.

Suele surgir en mis pensamientos la pregunta sobre cómo fortalecer los valores en los jóvenes, en un momento de su vida en que se está ampliando su círculo de relaciones, la información que reciben, en que cuestionan más todo a su alrededor y hay una necesidad de tomar sus propias decisiones con autonomía.
 
Seguramente si pensáramos en las cosas que nos gustaría que los jóvenes valoraran estarían en la lista el amor, el respeto, la responsabilidad, la fe, la familia, la amistad, la honestidad, la verdad, la lealtad, la perseverancia, el trabajo, el aprendizaje. Son valores que solemos encontrar con mucha frecuencia en cada actividad que hacemos en la Asociación donde preguntamos a las personas sobre las cosas que valoran; generalmente siempre están encabezando la lista de lo más valorado.

Probablemente a mucho como orientadores, padres, madres, docentes, o gente del común nos gustaría que nuestros jóvenes compartieran con nosotros esta valoración de las cosas, que asumieran estos valores que consideramos importantes.

Como orientadora muchos padres llegan buscando apoyo en este tema, preocupados por un fuerte temor de que sus hijos se equivoquen en algo tan importante y que consideren alguna cosa como valiosa y apetecible cuando en realidad no sea más que un espejismo y pérdida de tiempo valioso en su vida, que los lleve a sufrir. Y se empieza con los jóvenes la tarea de ayudarles a ser más conscientes de las cosas realmente valiosas y de la importancia de desarrollar hábitos coherentes con esas cosas valoradas.

Y allí es justamente donde siempre suele aparecer ante mí la pregunta ¿hay alguna manera de garantizar que los jóvenes asuman unos valores realmente valiosos? O dicho de otra manera ¿se puede orientar a los jóvenes para que aprendan a apreciar los valores que en general consideramos importantes y desarrollar hábitos en torno a ellos?

La respuesta siempre ha sido sí, aunque tal vez esto no se pueda asegurar completamente. Tal vez lo más correcto es afirmar que si se intenta orientarlos de manera persistente y coherente, los resultados son apreciables, aunque siempre pasarán por su propio filtro personal. Por otro lado, también conviene preguntarse si los valores que tenemos y esperamos que ellos aprendan son realmente lo mejor que podemos ofrecerles para su vida?

Y tal vez es del todo imposible tener la certeza de que los valores que consideramos primordiales son tan importantes como nos parece. Pero como mínimo todos lo valorado debería pasar por uno de los más potentes filtros personales que la humanidad pueda tener: el otro, mi libertad termina donde empieza la de los demás, no quieras para los otros lo que no quieras para ti, o de manera positiva “quiere para los otros lo que tú de hecho quieres para ti”. Esta regla trata no solo sobre ponerse en los zapatos del otro, sino sobrevalorar nuestra propia coherencia.

Cada que respondo a esta pregunta, valoro más la propia coherencia como orientadora y confirmo la gran importancia del papel de los padres en la vida de los jóvenes, como un fuerte canal a través del cual estamos comunicando a los jóvenes los valores que queremos que ellos aprendan para su vida.

Ciertos valores que podemos practicar de manera individual, la fortaleza, la disciplina, la seguridad, la perseverancia, porque son los valores que nos hemos propuesto para nuestra propia vida:¿los trasmitimos a nuestra propia familia?, ¿estamos ejerciendo nuestro papel preparados para formar?

Puede que tal vez valoremos la importancia de ayudar a los demás, pero como padre o madre llegamos en la noche exhaustos del trabajo y dejamos a nuestra pareja trabajar duro de manera solitaria en las labores del hogar y la crianza de los hijos mientras nosotros descansamos de la dura jornada del trabajo, sin preguntar si quiera si ayudamos?

Puede que hablemos de la importancia de la familia, pero dediquemos casi todas nuestras horas diarias y nuestros pensamientos al trabajo y nuestros propios problemas personales.

Puede que valoremos la amistad pero lleguemos a casa con nuestros hijos y no compartamos un rato para contarles cómo fue nuestro día o semana y sin preguntarles a ellos por cómo les ha ido durante ese tiempo transcurrido.

Puede que hablemos de la importancia de respetar a otros, pero al conducir el auto en las mañanas para llevar a nuestros hijos al colegio, nos subamos encima de la cebra, pasemos los semáforos en otro o nos insultemos con algún imprudente peatón.

No se trata de ser perfectos, pero sí de revisar lo que comunicamos, muchas veces sin palabras a los niños y jóvenes.

Pero entonces si no somos perfectos ni lo sabemos todo, cómo fomentar los valores adecuados?

Como orientadores, docentes y padres poseemos dos herramientas muy valiosas para hacerlo.
Una de las más poderosas herramientas que tenemos para que nuestros jóvenes fortalezcan sus valores es que estén inmersos en un ambiente donde nuestras maneras de actuar den testimonio de los valores que intentamos comunicarles. Así que entre la lista de cosas a valorar tal vez debamos incluir la manera coherente de actuar de los padres, madres, docentes, y otras personas a su alrededor, como si fuera algún tipo de fluido que les envuelve y permea su inteligencia.

Se trata de dedicar tiempo a la convivencia familiar, estrechar nuestras relaciones afectivas con ellos y enjuiciar o criticar siempre con respeto las actuaciones o afirmaciones de otros cuando contradigan los valores que pretendemos comunicar y estemos frente a situaciones que no podemos evitar, presentando ante sus ojos elementos críticos. Con esto puede ser mucho más fácil la tarea de desarrollar en ellos hábitos de conducta relacionados con valores importantes.

Y esto es toda una tarea, una responsabilidad, pero también un placer con grandes frutos a cosechar, especialmente importante durante la vida más temprana. Durante esos años podrán aceptar sin dificultad las conductas que les proponemos los padres u orientadores por la confianza que depositan en nosotros. Así, cuando tengan más edad podrán relacionar su modo habitual de comportarse con los valores que entraña. Entonces el mismo hábito formará parte del ambiente que le rodea por lo que le será más fácil aceptar como valioso algo que le resulta muy familiar.

Otra herramienta muy poderosa es la convicción intelectual, lo que es apreciar algo como bueno, conveniente, útil para sí mismo o para los demás mediante el razonamiento lógico. Esto es especialmente útil en la llegada de la adolescencia, cuando comienzan a tener recursos intelectuales suficientes para establecer relaciones entre distintos valores y para deducir las posibles causas y consecuencias de las diferentes maneras de comportarse.

Una manera de ayudarles en esto, es como padres, docentes u orientadores, ponernos la tarea de llevarlos cotidianamente a apreciar los valores más importantes mediante el diálogo y el debate de las ideas. En este momento de la adolescencia en el que tal vez nuestros hijos o alumnos empiezan a percibir que no somos las personas perfectas y todopoderosas que se imaginaban, es la ocasión de enseñarles a apreciar los valores más importantes mediante el diálogo y el debate de ideas, ya no solo por la confianza que les inspiramos, sino por la fuerza de la lógica.

Pero hay una consideración muy importante: si algo he reafirmado en todos estos años es que el núcleo fundamental para la conservación y transferencia de los valores sigue siendo la familia, por ser el primer y más importante ambiente donde viven los niños y jóvenes. Así la vida familiar es otro valor fundamental, que nos identifica y marca hacia el futuro. Si los padres están con coherencia en la vida de los jóvenes, todo es más fácil y rápido para ellos.

No dejemos la responsabilidad en el colegio, el gobierno, la Tv, o el psicólogo. La familia es considerablemente trascendente en la formación del ser humano, por los valores que en ella misma se viven, porque transciende en el hombre y mujer, porque en ella vemos la diversidad y la igualdad.

Los niños y jóvenes no son solo ángeles y demonios, que hacen las cosas bien o no. Son niños y jóvenes que han recibido educación en valores: cómo?¿de quién?¿con qué frecuencia?¿con coherencia?

Si algo he notado en todas las horas de orientación personal, de talleres y actividades grupales realizadas, en las historias escuchadas y en las anécdotas vividas, es que si los padres están presentes con compromiso y persistencia preguntándose por las cosas que ellos mismos valoran y dispuestos a revaluar y modificar sus hábitos en coherencia con los valores que quieren transmitir a sus hijos, siempre es más fácil acompañar a los niños y jóvenes a desarrollar los valores y hábitos adecuados. Los cambios siempre se hacen notar y son más rápidos.
 

No se trata de la enseñanza teórica de los valores, aprendiéndoselos de memoria. En algunos jóvenes he notado que con esto solo se logra que digan que si a lo que les dicen los adultos a su alrededor, sin que sus actos cambien de manera positiva, haciendo promesas a sus padres y docentes que luego no cumplen y llevan a que nos preguntemos con sorpresa por qué lo hacen.

La familia provee a los jóvenes de lecciones vividas y ejemplos que les resultan significativos, para prevenir el que incurran en conductas contra la moral, las buenas costumbres y su propio bienestar.

Tenemos dos tareas que requieren de mucho amor, paciencia, perseverancia y coherencia.


Por: Pilar V.



Bibliografía:

Conversatorio La Esquina del Joven Hoy


lunes, 4 de julio de 2011

Educación y Modelos Pedagógicos

Cada modelo pedagógico es una construcción mental que se ve regido por su método (procedimientos didácticos), contenidos de enseñanza, su desarrollo (lineal o por etapas), sus metas y la forma de la interacción maestro-alumno.
Anna Escofet.





En las sociedades modernas la Educación se ha implementado como aquel medio portador de elementos necesarios para la socialización de los individuos; por esto la escuela es su forma más legítima y materializada.

Así pues desde el momento del nacimiento hasta el final de la vida el sujeto esta sometido a la acción educativa de tres instituciones: la familia, la escuela y el grupo social, todos estos cumplen un papel muy importante, sin embargo es la escuela la encargada de transmitir
a niñas/os no sólo conocimientos si no también los conocimientos necesarios para poder “funcionar” dentro de una sociedad como normas de convivencia, conductas a seguir, pensamientos, juicios, valoraciones, en fin, se transmite una ideología que muestra la construcción de los esquemas estructurados y estructurantes de la sociedad los cuales están condicionados por la realidad que la ha construido.

Anna Escofet precisa que a partir del siglo XX surgen diferentes corrientes que buscan una alternativa en el proceso educativo, la cual se centra en lograr una mayor participación del estudiante en la gestión de su educación y en una disminución de la distancia psicológica entre educador y educando. Estas corrientes pedagógicas se caracterizaron por brindar una nueva visión de la educación, clasificándola bajo la noción de la escuela nueva, que a su vez buscaba la democratización del proceso educativo reuniendo aspectos metodológicos, sociales y psicológicos.

No podemos hablar de herramientas pedagógicas sin antes hablar de modelos bajos los cuales se rige la educación, por lo que primero mostraré un panorama general de dichos modelos a partir de los planteamientos de Rafael Flórez, quién expone cinco modelos pedagógicos delimitados y definidos en la escuela contemporánea. Estos son el modelo pedagógico tradicional, el romántico o naturalista, el conductista, el constructivista y el social-critico.

El primer modelo hace parte de la escuela vieja, data desde la edad media y se enfatiza en la formación del carácter, que se moldea a través del rigor de la disciplina. Su método y sus contenidos se confunden en la imitación y repetición del buen ejemplo, representado y manifestado en el maestro, además de la transmisión excesiva de ciencias duras como las matemáticas, la química, etc. Aquí se presenta una relación vertical entre el maestro(a) y el alumno(a), siendo el primero la pieza clave de este modelo. Los modelos pedagógicos restantes hacen parte de la escuela nueva. En general, su metodología se basa en:

-Un aprendizaje activo y centrado en el estudiante.
-Una promoción flexible, con el fin de que el estudiante avance a su propio ritmo de aprendizaje.
-Mayor énfasis en la relación escuela-comunidad.

Por lo anterior, es que el o la docente debe estar capacitado(a) en tres aspectos: taller de inducción, taller de materiales y taller de biblioteca. Para entender esto de mejor forma, se hace necesario mostrar un pequeño esbozo de los modelos pedagógicos que constituyen la escuela nueva:

*El modelo pedagógico romántico o naturalista sostiene que “el contenido más importante del desarrollo del niño es lo que procede de su interior y, por consiguiente, el centro, el eje de la educación es el del niño. El ambiente pedagógico debe ser muy flexible para que el niño despliegue si interioridad, sus cualidades naturales en maduración”. El desarrollo natural del niño o niña es el eje que define la meta y el método de este modelo; su contenido es sólo la que el alumno solicite y el maestro(a) sólo se presenta como un auxiliar en la educación del alumno.

*El modelo conductista apunta a una transmisión fragmentada de saberes técnicos mediante la enseñanza experimental que utiliza la “tecnología educativa”. En su enseñanza, el ó la docente es solo un intermediario-ejecutor que se radicaliza en los lineamientos ofrecidos; no se espera que fluya la creatividad sino que se da los detalles para crear una igualdad que estandarice resultados y productos, reforzando así una visión empresarial y burocratizadora del proceso educativo. Además, en este parámetro pedagógico se espera que el o la estudiante se incruste al fin planificado, se aprenda el uso de los instrumentos, procesos y sistemas de mando, se aprenda a obedecer sin argumentar diferencias, entre otros.

*El modelo pedagógico constructivista está basado en la idea de que los alumnos construyan su propia comprensión del mundo, en lugar de aprenderlo como una forma previamente organizada. Aquí, el educando es un facilitador de experiencias, es un tutor del proceso donde el estudiante es el responsable de su conocimiento. Para su enseñanza, el ó la docente organiza previamente el espacio de convergencia del saber, donde se requiere un ambiente (pieza clave) en el que los alumnos se sientan libres de asumir riesgos y ofrecer sus conclusiones, afirmaciones y argumentaciones sin temer a las criticas ni sentirse avergonzados, dejando que el estudiante ejerza su responsabilidad de ser social. En este modelo pedagógico el educando solo debe guiar al estudiante hacia conclusiones válidas sin irrumpir ni juzgar el saber y los resultados a los cuales se ha llegado.

Ahora bien, después de haber dado un esbozo muy general acerca de los diferentes modelos pedagógicos es importante hablar de las didácticas que constituyen las técnicas con las cuales se pueden describir, prescribir o sugerir acciones para desarrollar la enseñanza, aprendizaje y evaluación en búsqueda de que el ó la estudiante se apropie de los saberes. Lo que se busca con la didáctica es llamar la atención del estudiante para que le sea placentero el hecho académico o que al menos le llame la atención aprender el conocimiento.

Sin duda alguna la didáctica y el determinado modelo pedagógico van de la mano, pues la primera ayuda a mostrar que método se debe utilizar para que el propósito del modelo pedagógico sea más fácil de realizar, potencializando así el resultado esperado de dicho modelo


Entre las didácticas más distintivas están: castigo-recompensa, exposición, educación virtual, práctica, investigación de problemas, obras de teatro, juegos y educación motivacional (siendo esta última la alusiva a los gustos del estudiante tales como deportes, pasatiempos, música, etc.)


Diana Carolina Gómez





martes, 28 de junio de 2011

Inteligencias Multiples


Es un supuesto generalmente aceptado el que la inteligencia constituía una capacidad innata del individuo para aprender, comprender y razonar. Pero las capacidades humanas están condicionadas socio históricamente, y por ende también la inteligencia.

Los principios aportados por la escuela de Vigotsky, sobre la determinación histórico-social de la psiquis humana, el papel de la cultura y la educación en su desarrollo, el rol rector de la enseñanza, entre muchos otros constituyen a mi modo de ver, un punto de partida sólido para la comprensión de la inteligencia, independientemente de que no este dicha aún las ultima palabra sobre esto.

Por lo tanto se introduce el concepto de “Inteligencias Múltiples” y los diferentes tipos de aprendizaje sobre los principios del pensamiento de Howard Gardner, el cual reconoce que hay más de una inteligencia, llamadas múltiples habilidades y facultades. Explica que poseemos todas las inteligencias, pero conforme se va creciendo, el individuo va definiendo aptitudes que le son más afines, razón por la que se le debe apoyar con el fin de que logre alcanzar aquellos conocimientos en los que se realice mejor como ser humano.

Cada persona aprende de manera distinta a las demás: utiliza diferentes estrategias, aprende con diferentes velocidades e incluso con mayor o menor eficacia aunque tengan las mismas motivaciones, el mismo nivel de instrucción, la misma edad o estén estudiando el mismo tema.

Los procesos de enseñanza y de aprendizaje desde una práctica personalizada y bajo lo que se conoce como adecuación curricular requiere, descubrir en cualquier alumno en qué campo del conocimiento se siente más a gusto, dónde puede realizar actividades con mayor facilidad y donde disfruta y se permite el desarrollo de sus potencialidades. Con lo cual se logran evitar ciertos inconvenientes a la hora de aprender un tema nuevo y se fomenta la búsqueda de esas potencialidades de cada individuo.

De esta manera, los estudiantes logran;
-Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias por no entender algo en particular.
- Mayor confianza en si mismos y en sus capacidades.
-Intencionalidad en sus aprendizajes, ligado a la sensación de sentirse capaz y eficaz.
-Curiosidad por descubrir y todo esto mejora la vida escolar.
Sin embargo es importante no utilizar los estilos de aprendizaje como una herramienta para clasificar a los alumnos en categorías cerradas, ya que la manera de aprender evoluciona y cambia constantemente.

Esta visión plural de la inteligencias, también es muy útil para descubrir las áreas donde un estudiante tiene menos interés o posibilidades de desarrollo, sobre todo cuando alguno falle o pierda una materia especifica, entonces, en vez de recalcarle lo que no puede hacer, se le debe de apoyar con ejercicios y actividades en esa área en especial en donde tiene dificultades y así se lograría una compensación. Importante tanto en su desarrollo académico como psíquico.

lunes, 27 de junio de 2011

KINESTÉSICO TIPO DE INTELIGENCIA O MODO DE APRENDIZAJE




Después de leer sobre tipos de inteligencia encontré algo que me llamo mucho la atención y es que dentro de la amplia clasificación que realizan se encuentra un tipo de inteligencia muy particular y es la denominada Inteligencia corporal-kinestésica que dicen es la capacidad de utilizar el propio cuerpo para realizar actividades o resolver problemas. Es la inteligencia de los deportistas, los artesanos, los cirujanos y los bailarines, lo que me hizo recordar que según el PNL, existen tres estilos de aprendizaje los cuales son Auditivo, Visual y Kinestésico.

Los Kinestésicos se caracterizan porque su sentido predominante es el tacto, por esto aprenden por medio de las sensaciones, inclusive cuando tratan de recordar a una persona lo más seguro es que lo hagan por medio de las sensaciones que tuvieron en ese momento; una persona kinestésica puede ser el terror de las aulas de clase, porque necesita estar en constante movimiento, al mismo tiempo algunos estudios han mencionado que estas personas son más lentas para aprender, lo cual no creo que sea necesariamente verdadero.

Por otro lado al momento de realizar esta comparación identifico que al igual que el mencionado Tipo de inteligencia kinestésico el aprendizaje kinestésico se desarrolla más frecuentemente en los deportistas, artesanos y bailarines lo que me lleva a pensar que más que un tipo de inteligencia simplemente es un elemento por medio del cual el ser humano recibe cantidad de información que puede utilizar según las circunstancias en las que se encuentre, teniendo en cuenta que algunas personas podrán hacerlo más fácil debido a su mayor desarrollo de este sentido sin desconocer que efectivamente al momento de actuar bajo la información recibida por este elemento se podrán resolver situaciones que lo ameriten.

Maribel Echeverry Velasco
Asociación los Gansos

domingo, 19 de junio de 2011

TIPOS DE INTELIGENCIA


Según expertos como Howard Gardner[1] hay múltiples inteligencias, él particularmente habla de 8 tipos de inteligencia, que abarcan un abanico bastante amplio del espectro social y personal del sujeto, estas inteligencias pasan desde lo emocional, a lo cognitivo sin obviar lo físico, creo a nivel muy personal que mas que hacer una división de las inteligencias, todas hacen parte de una sola, como un sistema, solo que unas partes del sistema se desarrollan más por la practica constante y otras se atrofian por su común des uso, sea esto por las circunstancias que sea.

Se entiende por inteligencia como “Capacidad de entender o comprender. Capacidad de resolver problemas.” [2] esta habilidad como todas con las prácticas sociales se hace cotidiana y parte de la cultura así que definir varios tipos de inteligencia crea la necesidad de estudiar los diversos patrones culturales en los que se desenvuelve, pero al tomar esto así, podríamos caer en el error frecuente de tomar cada practica social como elemento de inteligencia, sin que realmente sea cierto.

A través de la historia todos los pueblos han montado sobre el caballo, pero no todos inventaron el estribo, ni construyeron de la misma manera sus pirámides los mayas y los egipcios, o quienes habitualmente cosechan de una manera distinta los mismos productos, o quien maneja mejor una relación laboral, social etcétera, considero que no debe llamarse más inteligentes unos referente a otros que no manejan esa misma habilidad o estilo, ya sea por condiciones geográficas, físicas o genotípicas.

Al leer sobre el tema pienso inmediatamente en el cuerpo humano, ya que la inteligencia hace parte de él; los huesos, los músculos los tendones, todos, contribuyen para el movimiento, pero como nos movemos depende de muchos otros factores no tan fácilmente generalizables, todos en teoría tenemos medianamente las mismas capacidades, pero no todos enfatizamos en los mismos elementos, no para todos es importante desarrollar una actividad física, artística o científica, y no por ello considero debe ser tratado como menos inteligente, menos apto o subdotado, que terminan siendo valoraciones que inciden negativamente en el desempeño de las personas en las otras áreas que si son de su interés, mis músculos, huesos y tendones tienen las mismas características de las de un fisicoculturista o las que las de Leonel Messi o Usain Bolt, quienes son exitosos y priorizan el uso de su cuerpo de diferentes maneras, haciendo gala de lo que se llama inteligencia corporal o kinestésica, pero ¿cual es mas inteligente de ellos entonces? Un nobel de física y uno de literatura ¿cual es mas inteligente? O ¿entre dos arquitectos?, o ¿dos padres de familia?, o ¿un divorciado y exitoso abogado divorciado y un hombre de familia que es obrero mal remunerado?

La inteligencia te da la opción de priorizar, ya que gracias a ella comprendes, entiendes y resuelves tus problemas, usarla de manera integral te puede hacer más feliz, más exitoso y más comprensivo pero el no hacerlo nunca te hará menos inteligente que otro.

lunes, 21 de febrero de 2011

Palabras, inspiraciones y sentimientos completan oraciones que junto con los audios de crecimiento personal resultan motivantes y son unas de las bases del presente taller de trabajo interior; El resultado depende de mí, y requiero de acción no solo de intención, las palabras hechizan, por ello es importante la impecabilidad de la palabra, pero no caemos en la cuenta de esto hasta que hacemos conciencia y descubrimos en que me estoy convirtiendo, cuales son mi roles, valores y dones, los cuales me dan una identidad permitiéndome tener seguridad en lo que hago y no tomarme personal todo aquello que pueda tocarme, ni hacer suposiciones lo cual nos ayuda a estar lejos del llamado veneno emocional; de esto nos hace referencia los 4 acuerdos. 

Actuar fortalece mi voluntad para que el nuevo habito se desarrolle en mí, no olvidando que transformando un sueño con amor el espíritu se vuelve libre. Este espacio de encuentro me permitió también aclarar que mi rendimiento depende de estado de ánimo, por eso siempre tengo que sentirme feliz, para hacer lo máximo que pueda y disfrutar de ello y así, me convertiré en una maestra del cambio y ¿porque no? si mi sueño está ahí si tengo y puedo hacer lo máximo que pueda lo haré, con voluntad fuerte y amor.

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