Recuerdo con mucho sentimiento a mi abuela
materna cuando la oía decir “ el tiempo perdido lo lloran los santos”. Esto,
refiriéndose a como mis tíos pasaban horas y horas jugando tejo y llegando
tarde a la casa los días de fiesta. Ella no aceptaba que aunque fuera fiesta no
se podía perder así no mas el tiempo que
Dios nos había dado. Cuando se tiene esa concepción del tiempo, quizás un poco
exagerado, se concibe cómo muchas personas que así lo aprecian logran grandes
hazañas y triunfos porque supieron aprovecharlo en su debido momento.
Es muy interesante analizar las culturas de
los países dichos desarrollados, Alemania, Francia, Suecia, Japón etc. quienes
tienen una concepción del tiempo tan metida en los huesos que para nosotros los
latinos se nos hace una exageración. Recordemos como con el desastre del sunami pasado en el Japón, construyeron una
carretera de 12 km. en 6 días. Cuando al recurso “tiempo” se le
da la importancia que tiene en la excelencia de las personas, es cuando nos
damos cuenta que muchos de los logros
que hubiéramos podido obtener no se alcanzaron sencillamente porque no lo planeamos en el tiempo. Este pasó y
ahora si podemos decir como mi abuela “ el tiempo perdido lo lloran los santos.
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