Resulta
inquietante y a su vez tranquilizador escuchar las palabras contenidas en Los
Cuatro Acuerdos. Un audio cuyo valor fundamental se encuentra en el pensamiento
edificante que plantea. El contenido parte de cuatro acuerdos para la
construcción de mi proyecto personal.
Cada
uno de nosotros tiene un capital cultural que permite la confluencia de
saberes, creencias y prácticas, todo ello junto, permite hablar de cultura.
Creo que la anterior frase podría resumir el capítulo inicial: las ilusiones
individuales que, juntas, conforman el espíritu del mundo. Un primer corte que recuerda
mucho a aquella canción que afirmó alguna vez que la vida es sueño. Vengo a la
tierra. Como regalo supremo, la vida. Y si yo, personalmente, tomo prestada la
frase de la vida es sueño, diría que todo ese palpitar del mundo es ese gran
pacto que se podría llamar cultura.
Cada
uno de nuestros proyectos individuales forma un todo que el autor denomina
cultura o espíritu del mundo. Ese gran proyecto que tomó mucho tiempo construir
y del cual nuestros antepasados son artífices. Sí pienso en cada ladrillo que
constituye un edificio, si pienso en cada herramienta que se ha creado, debería
concluir que es gracias a ella.
Por
otra parte está el lenguaje como artificio. Herramienta que, marcada una
intención, me permite influir en los demás y en mis propios actos. Pero para
conseguirlo, la palabra debe ser cuidada y otorgarle el valor que quizá antaño
tenía.
Para
facilitarnos el camino, Los Cuatro Acuerdos, suman un conjunto de estrategias
para el buen vivir. Me permito recordarlos:
1.
Se impecable con las Palabras.
2
No tomes nada personal.
3.
No hagas suposiciones.
4.
Haz siempre lo máximo que puedas.
Somos
un centro y frente a nosotros están los demás, a quienes podemos respetar luego
de respetarnos a nosotros mismos. Valorar la palabra significa, entonces, darle
el lugar que merece como herramienta que permita una transformación. Todo texto
está marcado de un cierto modo que permite llegar a los otros de acuerdo a una
intención. Así, en mis actos cotidianos puedo aplicar aquellas máximas para
encauzar mis sueños y anhelos.
En
sé implacable con las palabras me habla de claridad para encauzar mis actos. Toda
palabra canalizada adecuadamente me permite obtener un resultado que se traduce
en actos. Diría piensa bien y acertarás.
No
tomes nada personal ve las palabras como una semilla que germina para bien o
para mal. Afirma algo como no te creas todo lo que los demás piensan de ti.
Cada cual tiene el derecho a una ruptura que le permita reinventarse. Volver
sobre los pasos para germinar el nuevo sueño.
Sí
la imaginación vuela alto que sea para bien. No hagas suposiciones nos permite
entender que muchas veces partir de prejuicios nos impide establecer un vínculo
fuerte en las relaciones. Preguntar siempre evitará malos entendidos, diría.
Cada
uno le da sentido a sus actos y con la satisfacción de poner el mejor empeño se
logra sacar tiempo para todo. Trabajar es importante, pero también lo es
descansar. Hacer siempre el máximo esfuerzo me habilita para establecer un
criterio propio sobre mis fortalezas y así mismo me ayuda a valorar el tiempo
que se ha empeñado en una tarea.
Deja
reproducir buenas semillas y los frutos vendrán por sí mismos.
Por: Carlos Payeres, Comunicador Social.
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