martes, 13 de julio de 2010

EL PODER DE LA INTENCION


Intención significa, hacer que pase.

En este tema el Dr. Wayne Dyer expone como aprender a conectarse con la gran energía divina, que muchos llamamos Dios, otros universo, en fin. La idea es que debemos dejar pasar esta energía a través de nosotros para que sucedan aquellas cosas que esperamos.

Todos tenemos un vínculo con el universo, somos parte de un todo, y el universo es abundancia, esta fuente de energía, en mi caso particular es Dios, es ilimitada e infinita y está abierta para nosotros, pero lo que nos limita son todas aquellas cosas ordinarias que nos rodean y llenan nuestra vida de pensamientos negativos, de odios, rencores, envidias.

Pero entonces, como podemos conectarnos? , hay una frase que el doctor Wayner explica varias veces en su charla y es, “Cuando ven la manera en que cambian las cosas, las cosas que ven cambian”. Todo depende de cómo veamos las cosas, así mismo generaremos cambios.

Creemos “soy lo que hago”, “soy lo que tengo” y no es cierto, somos mucho más que eso, pero nos limitamos a creer solo en lo que vivimos en el día a día. Tenemos libre albedrio para conectarnos a la fuente, podemos decidir qué tipo de pensamientos tener y como vivir nuestra vida. Nada va mal cuando logramos hacer una conexión, nos damos cuenta de que la felicidad no es el fin, es el camino. Somos seres espirituales, teniendo experiencias humanas.

Nosotros mismos creamos situaciones de resistencia al cambio, a las actitudes positivas, por ejemplo, como sentirse bien si hay tantas cosas malas? Si en mi familia hay alguien enfermo? Si hay tanta pobreza en el mundo? , pero no hay ninguna cantidad de su mal sentir que haga que otro se sienta mejor, no hay ninguna cantidad de su tristeza que haga que otro se sienta feliz, no hay ninguna cantidad de su enfermedad, que haga que otro sienta alivio.

Creamos resistencia para conectarnos con la fuente, a sentirnos alejados de Dios, cada pensamiento como “no puedo”, “no me lo merezco”, cada pensamiento de odio, de rencor, de envidia, no nos permite vibrar armónicamente con el universo y ser receptivos a todas las bendiciones que hay para nosotros.

Existen tres obstáculos para no conectarnos con Dios:

1. El ego, pensar que todo gira alrededor nuestro, a la “realidad” que percibimos, nos limita.
2. La energía de su vida, todo lo que nos rodea está compuesto de energía y esta nos afecta y depende de los objetos y personas que nos rodean, así es nuestro nivel de energía. Debemos dedicar tiempo a aumentar nuestra energía espiritual que es sanadora, por ejemplo si lo único que hacemos en nuestros tiempos libres es ver televisión, programas que nos llenan de angustias y ninguna experiencia positiva, esto es lo que procesa nuestro cerebro.
3. La manera como nos hablamos, la energía creadora no conoce de escasez, si pensamos todo el tiempo en escasez, recibiremos eso.

Si en algún momento, no logramos lo que nos propusimos, debemos aceptarlos con pensamientos de paz, si todo el tiempo nos estamos quejando y hablando sobre lo que nos falta en la vida, esa es la energía que estamos transmitiendo y muy seguramente el tipo de situaciones que estamos atrayendo.

Cuando comprendemos que somos seres espirituales, viviendo unas experiencias humanas y que este cuerpo tiene un límite de tiempo, que no siempre vamos a estar aquí, aprendemos a valorar más nuestra vida y entendemos que si tenemos un propósito podemos cumplirlo aquí y ahora. Creo que tememos tanto a la muerte, porque pensamos que no hicimos todo aquellos que quisimos hacer, porque simplemente llevamos una vida por llevarla, pero el cielo, está aquí, en el presente, en cómo vivimos y afrontamos nuestra vida y que legado dejamos a otros, no en lo que recibimos, sino en lo que dimos, en lo que entregamos, cuando entregamos, cuando tenemos actos de bondad con otros, con simplemente sonreír , aumentamos nuestros niveles de bienestar, comprobado científicamente, nuestro sistema inmunológico se fortalece.

Debemos acrecentar el amor hacía nosotros mismos, como podemos amar a otros, sino nos amamos lo suficiente? Cuando nos enojamos, cuando juzgamos, nos estamos definiendo a nosotros mismos.

Cuando nos rodeamos de amor, empezamos a ver la belleza en todo, es difícil describirlo, pero si en las situaciones difíciles podemos ver belleza, tranquilidad, paz, si logramos llegar a un nivel, en donde sepamos que Dios está en todo, se nos hará más fácil sortear las situaciones difíciles y vivir en armonía.

Si creemos que no podemos traer abundancia, así será, debemos agradecer por lo que tenemos y dejar de pensar en lo que hace falta, empezar a creer que merecemos y que todo llegará.

Si pensamos en abundancia también atraemos a la gente ideal, las relaciones ideales, si somos receptivos conseguiremos lo que queremos, tenemos un socio mayoritario en nuestra vida, Dios, si nos conectamos con él, todo funcionará en perfecta armonía.

Por último las doce ideas para conectarse con la fuente de energía:

1. Quieran más para otros que lo que quieren para sí mismos.
2. Piensen desde el final, visualícense.
3. Ser agradecidos en su vida, buscar lo valioso en vez de lo despreciable.
4. Manténgase en armonía con su fuente de energía
5. Resistencia, cada pensamiento negativo es resistencia
6. Contemplarse con las condiciones que queremos producir.
7. Entender el arte de permitir, dar permiso para que las cosas buenas sucedan.
8. Practicar humildad radical
9. Gratitud constante, generosidad.
10. Nunca podrá resolverse un problema condenándolo
11. Corresponder
12. Meditar´

Carolina V.

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1 comentario:

  1. EL PODER DE LA INTENCIÓN



    Todos tenemos intenciones en cada cosa que hacemos. En todo lo que hacemos hay una intención por la que movilizamos nuestras energías y la de otros, y movemos también la fuerza del universo. Y a través de esta intención es que podemos crear; aunque muchas veces no somos conscientes de esto, por ejemplo cuando manejamos para ir a algún lugar, o cuando deseamos dinero; ¿porqué lo hacemos realmente?¿porqué madrugamos?¿cuál es nuestra intención al trabajar?¿cuál es la intención al comer?¿porqué estudio?¿cuál es mi intención al aprender algo? ¿Porqué trabajar hasta caer del cansancio o enfermar por el estrés?¿porque aguantar a un jefe altanero? ¿Porqué no tomar mis vacaciones?¿cuál es mi intención con esto?¿es realmente mi intención o es simplemente lo que está a mi alrededor lo que me mueve?¿porque permanecer al lado de laguien que no me quiere?¿porqué gastar mi dinero? Si hago las cosas, por mis verdaderas intenciones, entonces las haré feliz y alcanzaré el éxito porque estoy moviéndome y utilizando mis energías y las del universo en lo que quiero.



    Pero nuestra intención se corroe diariamente por el ruido del mundo, que nos deja sordos para escuchar nuestras verdaderas intenciones y esta es la fuente de todos nuestros problemas. Y sin embargo, insistimos en buscar la solución a nuestros problemas afuera, y muchos persisten en esto durante toda su vida, sin lograr sentirse bien. Si buscamos dentro de nosotros nuestras verdaderas intenciones y las traemos diariamente en nuestra vida, podemos lograr que nuestra existencia llegue a ser todo lo plena y feliz que deseamos.



    No se trata de trabajar duramente, ni de sacrificarnos. Con sentirnos mal no vamos a lograr que otra persona se sienta bien, no podremos ser tan pobres, como para que otro se haga rico, ni podremos estar tan confundidos como para esclarecer a otra persona. Ninguna cantidad de mal que sintamos sirve, solo genera resistencias.



    Hay que manifestar nuestras intenciones y con esto podremos mirar de otra manera, de tal forma que las cosas que vemos cambien. Hay que transformar nuestras intenciones en: visualizaciones, afirmaciones, emociones, palabras, oraciones y meditación.



    Y también tener muy claro qué queremos modificar: A nosotros mismos, a nuestros semejantes, a la sociedad en general. Se trata de dirigir nuestros pensamientos para influir en la dirección que toma nuestra vida día a día.



    El poder de la intención no tiene limitaciones y es así que podemos modificar nuestra condición económica, nuestro cuerpo, sanar a otra persona, cambiar el rumbo de nuestra vida, hacer milagros, o dirigir nuestro poder e intención al colectivo para propender al bien común.



    Hay que intentar crear nuestros días, uno a uno, siendo conscientes que con esta intención, podemos afectar nuestra vida y la de otros. Se trata de tener intenciones diarias, de cómo queremos que cada día transcurra, y de lo que necesitamos que nos traiga.



    Hay que tener paciencia y no decaer, practicar diariamente, visualizar, meditar, amar las coincidencias, afirmar lo que queremos. Esto nos llevará al éxito.

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