La expresión “yo no puedo”, constantemente aparece en nuestra cotidianidad. Son palabras que nos restringen y nos impiden actuar para lograr el cambio, para cambiar la insatisfacción al no estar viviendo una vida plena. Y si algo hemos aprendido en este recorrido de gansos y gansas es que tenemos el potencial para hacerlo, los recursos necesarios para modificar nuestras creencias limitantes y los paradigmas que durante tantos años se han apoderado de nosotros trazándonos un camino de obstáculos que a veces percibimos como insalvables.
Cuando pienso en ese poder tan inmenso que tenemos en nuestra mente, viene a mi recuerdo una historia que leí en alguna ocasión: “Cuenta una leyenda mitológica griega que el rey Pigmalión esculpió una estatua con la figura ideal de la mujer. A Pigmalión le gustó tanto su obra que quiso que se convirtiera en un ser real. El deseo fue muy fuerte e hizo todo lo que pudo para conseguirlo. Pidió ayuda a Venus Afrodita, la diosa del amor, la cual colaboró en que su sueño se hiciera realidad. Así nació Galatea, su mujer ideal”
Al analizar esta leyenda se observa que hay aspectos que contribuyeron a que el rey Pigmaleón viera realizado su sueño: Creer firmemente en lo que quería, tener la expectativa de que iba a cumplir y acompañar con mensajes que motivaran su consecución, yo agregaría además, la acción. Este efecto, denominado el “efecto pigmaleón es considerado en diferentes teorías como base de motivación.
Tenemos entonces elementos valiosos que podemos adoptar para ser capitanes de nuestro propio barco, con un arsenal de recursos que son nuestra mayor herramienta para emprender un recorrido al final del cual empuñaremos un precioso trofeo: Nuestro éxito personal! Por eso mi recomendación es que todos los días nos apropiemos de la frase “YO QUIERO”, en todas las situaciones que vienen a darnos la posibilidad de aprender y ser mas fuertes cada día.
Martha Cecilia Ramírez Uribe
Psicóloga
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